Abordar el diseño de productos innovadores como elemento clave del marketing puede parecerte hasta algo realmente chocante en un panorama en que parecemos haber olvidado que, en definitiva, de lo que se trata es de vender y, cuando de esto se trata, solo el producto es el protagonista.
Creatividad y producto
El producto, inicialmente, nace como respuesta a unas necesidades básicas. Es el producto primigenio o producto base que requiere de poco adorno y que demandas de una forma natural. Leche, huevos, pan, azúcar…
Pero también, en este primer estadio, encuentras productos en su forma básica que responden al deseo, como puede ser un perfume o un automóvil, y que pueden incorporar un componente más o menos elevado de necesidad, pero que todavía se encuentra en bruto o en abstracto.
De esta forma experimentas el deseo o necesidad de un coche, pero no concretas ni sus características ni su color ni su marca.
La creatividad aplicada al producto implica dotar al mismo de aquellos componentes que acentúan su deseo.
De esta forma, pasas de tener un producto base a un producto deseado o un producto esperado que es aquel que cumple satisfactoriamente todas tus expectativas.
Pero este producto, ya más elaborado a través de un diseño creativo estudiado y específico, sigue correspondiendo más a la necesidad que al deseo.
Aquí es donde entra en juego la originalidad y la innovación dotando al producto de unas características que superan tus expectativas y lo hacen un producto deseado. Es lo que conocemos como producto aumentado.
Por último alcanzamos el producto potencial, que es aquel que, partiendo del inicio del diseño, establece ya una estrategia en una línea evolutiva que no solo satisface las necesidades y deseos de hoy, sino que se prepara para satisfacer aquellas que te pueden surgir mañana o que incluso te conducen a las mismas.
Este sería el caso,por ejemplo, de determinados productos tecnológicos preparados para ampliar sus capacidades o el de aquellos productos, en cualquiera de los niveles previos, que incorporan el valor añadido de otros productos o servicios, como puede ser el caso de la entrega a domicilio de comida rápida o el envío del producto a portes pagados.
¿Cómo puedes aplicar la creatividad y originalidad a tus productos para hacerlos deseados?
Si has observado bien, a lo largo de todo el proceso el producto no deja de ser el mismo. Es evidente que si partimos de un diseño innovador en origen, estaremos ya mejorando las posibilidades de elevarlo a cada nivel, pero también es muy posible que tu producto incorpore ya los elementos y características esenciales y todo sea cuestión de saber destacarlas o implementarlas.
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